domingo, 24 de junio de 2012

Alan Moore decide hacer sus propias películas



Decía Woody Allen que cualquier película es de su director, hasta que es estrenada, pasando entonces a ser propiedad de los espectadores. Podríamos extender esta regla a cualquier otra forma de expresión artística, pero el problema para algunos autores, sobre todo los literarios, es que si bien sus obras son también del público una vez se publican sus libros, en ocasiones acaban secuestradas por cineastas para transformarlas en obras radicalmente diferentes a lo que en un principio se proponían. Esa debe ser la sensación de Alan Moore, cuya aversión a todas y cada una de las adaptaciones que de sus obras se ha hecho es notoria y bien conocida. Si quizás las películas no diferían mucho en el desarrollo de las tramas de las novelas gráficas en las que están basadas, el maniqueísmo y el prisma ideológico al que las sometieron sus guionistas y directores acaba produciendo filmes que distan de las intenciones originales del que es considerado el “mejor escritor de historietas de la historia”.
  • From Hell: protagonizada por Johnny Depp, Heather Graham e Ian Holmes, estaba basada en una serie de historietas que especulaban con la identidad y las motivaciones del mítico asesino británico conocido como Jack el destripador. Si la adaptación corría a cargo de los guionistas Terry Haynes -responsable de Mad max 2, Mad Max Beyond Thunderdome, Dead Calm o Payback- y Rafael Yglesias -escritor y guionista responsable en aquel entonces de filmes como Fearless o Death and the maiden-, la película sería dirigida por los hermanos Allen y Albert Hughes.

  • The League of Extraordinary Gentlemen: Sean Connery encabezaba el reparto de la que (afortunadamente) sigue siendo hasta fecha la última película dirigida por Stephen Norrington después de Death Machine, Blade y The Last Minute, como también sigue siendo el último guión escrito por James Robinson. Una historia en la que confluían personajes de ficción tan populares como Allan Quaterman, el capitán Nemo, el hombre invisible, la (aquí) vampiro Mina Harker, el doctor Jeckyll y Mr. Hyde y el malogrado Dorian Gray, quienes se unen para luchar contra una serie de sucesos que preocupan a los gobiernos del mundo entero.

  • V for Vendetta: la discrepancia del autor con esta adaptación que los hermanos Andy y Lana (antes Larry) Wachowski realizarían de su obra le llevaría a exigir su retirada de los títulos de crédito. Ópera prima de James McTeigue, la historia se desarrolla tras una guerra nuclear en Gran Bretaña donde un revolucionario apodado “V”, que se oculta bajo una máscara de Guy Fawkes, utiliza la acción y la violencia para incitar al pueblo a derrocar al gobierno para adoptar un modelo anarquista.

  • Watchmen: tras destrozar (siempre desde mi punto de vista) la novela gráfica de Frank Miller y Lynn Varley con 300, Zack Snyder hacía la propio con la de Alan Moore. Aquí la responsabilidad sería enteramente suya pues uno de los encargados de hacer la adaptación sería David Hayter, responsable de filmes con ideología y sentimiento tan opuesto como X-Men y su primera secuela, en colaboración con Alex Tse. Si la historia original era tremendamente rica tanto en sus propuestas críticas con el universo de superhéroes como con la saciedad, toda cuestión ética y moral queda eludida en su adaptación cinematográfica en favor de un exceso de estilo y estética.

Probablemente por eso Alan Moore haya decidido ponerse él mismo al frente de un proyecto en el que es responsable de un guión que escribe directamente para la pantalla, siendo su amigo Mitch Jenkins, con quien ya colaborara en la adaptación para teatro de Unearthing, el que se encarga de la dirección. Se trata de un proyecto que responde al título provisional de Show Pieces, y bajo el que se aglutinan una serie de piezas cortas centradas en lo oculto, de las que ya se han rodado las dos primeras que responden a los títulos de Act of Faith y Jimmy’s End. Si podrán verse en octubre en Nueva York, posteriormente estarán disponibles vía The Creators Project, aunque todavía está en fase de convertirse en un largometraje. Algo que no dudaría tras la expectación que con toda probabilidad despertará el proyecto, lo que les llevará a conseguir tanto financiación como distribución y poder así convertir su proyecto en un largometraje tan interesante como sus propias obras gráficas.

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