Comic Book Men. Un regalo para los amantes del mundillo

El 12 de Febrero de este año AMC, la cadena que se está haciendo un nombre en USA gracias a series como Mad Men, Breaking Bad y, sobre todo The Walking Dead  lanzó el primer episodio de su Reality Show Comic Book Men, bajo la batuta de Kevin Smith.
La premisa de la serie no puede ser más apetecible:
A través de las vivencias cotidianas de Walt Flanagan (regente de la tienda de cómics de Smith y dibujante ocasional), Mike Zapcic , Ming Chen  (ambos empleados y este último objeto de continuas mofas por parte de sus compañeros) y Bryan Johnson (un tipo sin mucho que hacer al más puro estilo de el nota de El Gran Lebowsky) al frente de la tienda de cómics que Smith posée en New Jersey llamada Jay & Silent Bob’s Secret Stash , la serie nos ofrece un sinfín de curisiodades relacionadas con el mundillo del cómic de superhéroes, y un desfile de personajes tan variopintos e indescriptibles que no queda mas remedio que ver los seis capítulos que conforman la primera temporada para darse cuenta de la auténtica catadura de los mismos.
El tono de la serie podría compararse al que usan series como L.A. Ink o American Chopper, pero con la premisa de que cada uno de los episodios comienza con los cinco amigos grabando un podcast semanal en el que analizan como ha ido la semana anterior en la tienda de cómics, y a medida que avanza el capítulo, van comentando las jugadas.
Pero, a diferencia de las series mencionadas, esta busca la complicidad con el lector y coleccionista veterano de cómics y, sobre todo, la carcajada, así como dejarnos con la boca abierta con el desfile de objetos que todos soñamos poseer, que los ocasionales clientes intentan venderles a Walt y compañia (¿Alguien quiere un auténtico sable de The Empire Strikes Back?)
Clientes que van desde un aficionado a Batman que aparca delante de la tienda una réplica exacta del Batmóvil usado en 1966 por Adam West y Burt Ward en la serie homónima de televisión, a una chica que quiere regalar algo muy especial a su novio y termina por comprarle los números originales de Spider-man que desembocan en la muerte de Gwen Stacy.
A destacar el personaje de Robert Bruce, un auténtico depredador de todo lo que sea coleccionable o susceptible de ser comprado y revendido por un precio tres o cuatro veces mayor.
Y conste que cuando uso la palabra personaje no me refiero a que se trate de ficción.
En definitiva, un programa hecho por y para frikis (o geeks) en el que el buen aficionado al cómic o la Sci-Fi no podrá dejar de babear viendo los artículos que entran por la puerta de esa tienda, ni dejar de comprobar como, lamentablemente las tiendas de cómics españolas (en lo que a mi me circunda) no se parecen ni lo más mínimo a las norteamericanas.