Hay actores a los que hacer un papel les encasilla para siempre frente a los ojos de los espectadores. Elijah Wood, para el gran público, se ha quedado con el epíteto fijo de Frodo, y es que su aspecto aniñado tampoco ha ayudado a desligarle del personaje que le convirtió en una estrella. Desde que se quitó el anillo del poder, ha intentado no vincularse con grandes producciones y se ha inclinado más por un cine independiente e internacional (destacaría su personaje secundario en la original Eternal Sunshine of the Spotless Mind). Actualmente, volvió a trabajar con Peter Jackson en el rodaje de The Hobbit , y pudimos saber que esta semana estaba en Madrid rodando Open Windows, el tercer largometraje de Nacho Vigalondo.
En Maniac, parece recurrir a la misma táctica que usó en Sin City: encarnar a un despiadado asesino, un papel que contrasta con su cara de no haber roto nunca un plato. En esta película da vida al dependiente de una tienda de maniquíes que contacta con mujeres a través de Internet para acabar asesinándolas brutalmente. Todo ello, como venganza por los abusos que sufrió de niño por parte de su madre.
Elijah Wood presentó la película en el último Festival de Cine de Sitges, donde consideró que meterse en la piel de un psicópata era un reto como actor: “Los personajes con conflictos internos representan un reto y siempre funcionan a múltiples niveles”.
Maniac, que podrá verse en 2013, es en realidad un remake de una película de culto de la Serie B de los años 80: Maniac de William Lusting. Aunque su director Franck Khalfoun prefiere no considerarla estrictamente un remake, ya que es otra manera de contar la historia, aunque sin dejar de ofrecernos altas dosis de violencia como en la original. Viendo un tráiler de la versión en la que se han inspirado, no es de extrañar que estuviera unos años prohibida. Aviso de que las imágenes no son para gente con el estómago sensible.
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