Los dueños del gato tuvieron que llevar a la madre a punto
de dar a luz a una clínica veterinaria de Bengala, India, porque el
animal tenía dificultades.
Ya en el quirófano el veterinario se dio cuenta de que uno de los
gatitos sufría una grave malformación: tenía solo un ojo y carecía de
nariz. Con estos problemas el animalito murió pocas horas después de
nacer y sus dueños aseguran que hubiera sido inhumano tratar de
mantenerlo con vida.
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