¿Y si colocamos la mano en medio de eso? Técnicamente es imposible, pero según explican los científicos pertenecientes a la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), la energía generada es tan alta como la de un porta-aviones o un ferrocarril en movimiento, pero concentrada en un haz de menos de 1mm, por lo que terminaríamos con más que un agujero en la extremidad.
Pero eso no es lo peor. Lo más malo es que alrededor del “rayo” existe un halo de partículas subatómicas -electrones y muones- que lo acompaña, los que se extenderían e irradiarían por todo nuestro cuerpo causándonos una rápida muerte.
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