Eléctrica o de combustible de bajo consumo, única plegable homologada en todo el mundo, marca italiana Di Blasi y
cuyas generaciones anteriores se remontan a la II Guerra Mundial. Se pliega en una mochila de viaje y cabe en el 98% de los maleteros de los turismos del mercado español, según informa
El País.
Son las características de la ‘moto-taxi’, el vehículo que desde esta
segunda semana de abril, aprovechando la semana de Pascua, pone en
marcha la franquicia Rapimoto
de forma simultánea en Castellón y en Málaga y que seguirá en las ciudades de Valencia y Guadalajara si funciona, hasta distribuirse por todo el territorio nacional en los próximos meses.
Andrés García Bausa y Alejandro Moliner Alegre son los gerentes de
Rapimoto de Castellón. Andrés ‘importó’ la idea de Londres, donde vivió
durante dos años y observó el resultado de tal negocio que, según
indica,
ha dado buenos resultados en Europa y Estados Unidos, que conozca.
“Cada día que pasa somos más conscientes del peligro que corremos al
volante tras ingerir alcohol, más en estas fechas de operaciones salida y
retorno de Semana Santa. Y las opciones eran el transporte público
-donde lo haya- el taxi o el coche a riesgo y cuenta de multas o
accidentes”. “Nosotros ofrecemos una nueva opción: Nos llamas, nos
acercamos al restaurante en el que estás en nuestra moto, la plegamos en
el maletero de tu coche y
te llevamos a ti y a tu vehículo a casa o donde quieras“,
comenta Andrés García. Cuando termina el recorrido, el ‘chófer’ extrae
del maletero del vehículo su mochila con la moto y regresa a su local de
partida.
Los servicios serán cuatro: en restaurantes (20
euros para cubrir una ruta de 10 kilómetros, más 90 céntimos por Km
añadido); chófer por horas (pensado para grupos y varias paradas con
espera); a los aeropuertos de Valencia (30 euros) y Barcelona (100 euros
más peaje), donde dejan al cliente y le devuelven el coche a casa; y,
por último, a pasar la ITV de los vehículos.
La implatación de Rapimoto será de forma progresiva, comenta el
gerente, para salvaguardar la integridad de los conductores de la
empresa que deberán disponer de los carnés exigidos. “Comenzaremos con
los clientes de varios restaurantes del Grao de Castellón con los que
tenemos convenios y más adelante
crearemos una base de datos de clientes registrados que nos pueden solicitar en cualquier momento“.
De momento no implantan el sistema americano, de recoger a adolescentes y juventud en las discotecas y pubs de la ciudad,
“porque queremos comenzar con adultos, algo más responsables,
demostrando que queremos seriedad en este negocio y con ciertas
garantías para los conductores”. “Tampoco tenemos muy claro que la
juventud de hoy en día preste su coche a un desconocido, prefieren el
riesgo de conducir pese al alcohol”, especifica García.
Para ello,
la empresa y el cliente rellenarán y firmarán una especie de parte amistoso,
en el que se incluyan los datos de ambos, un croquis del vehículo y las
condiciones del mismo, “para evitar suspicacias de rozaduras y
ralladuras en los coches ajenos y que no se nos atribuyan golpes que no
son nuestros”, añade.
En todo caso, si ocurriese algún incidente en el momento del
servicio, asegura García, “tenemos un seguro de responsabilidad civil
con una póliza que nos cubre hasta 20.000 euros.
Si el problema fuera, que ojalá nunca ocurra, mayor, el resto de la reparación lo asumiría nuestra empresa. Así, el cliente no tiene ningún riesgo”, añade.
Las motocicletas Di Basi
eléctricas suponen un coste de unos 3.000 euros y tienen una carga máxima de 60 kilómetros seguidos, mientras que las de
combutible de bajo consumo
valen alrededor de 2.300 euros y tienen capacidad para tres litros,
“que nos basta y sobra para los recorridos en la ciudad y su área
metropolitana”, concluye.